21 de julio de 2016

Don´t look back



I tried to hide my fear behind your smile. 


Al quitar la goma una cascada color haya desbordó sus hombros. Con los finos dedos de pianista que nunca habían rozado unas teclas desenredó las palabras anudadas en su pelo. Temblaban sus labios pintados de granate.
-So... Sally can wait, she knows it's too late as we`re walking on by...
La canción sonaba en su cabeza desde hacía varias horas. Sus ojos oscurecidos por una mala noche coincidieron en el reflejo, se observó lenta y concienzudamente antes de salir de su habitación con una mueca. En la calle su vestido ondeaba colores pálidos y flores propias de otra época del año, pareciendo mucho más amplio sobre su menudo cuerpo.
Hacía dos semanas y media de la última llamada de teléfono. Era la primera vez que salía sola a la calle desde entonces, también era la primera vez que no se había despertado en medio de un ataque de ansiedad que consumía tanto sus energías como su cuerpo.
Llevaba un sobre en la mano, la última carta que habría de enviar en su vida. La adornaba un sello con un pequeño pájaro dibujado y una caligrafía impoluta y redondeada en un lado del sobre, nada en el otro. Una única página escrita residía en su interior, unas pocas líneas que le habían llevado una semana acabar.
A lo largo de aquellos días su interior se había vaciado, las lágrimas se lo habían llevado todo, la habían lavado. Ahora, despacio, con dificultad, volvía a comer, a mirarse a un espejo que había evitado durante meses, a permitirse tener un nombre. Fingió no ser consciente de las miradas que le dedicaban a sus piernas delgadas, a sus brazos finos, a sus clavículas hechas alas. 
A la salida de correos entró en busca de un café que calentase sus manos. La cafetería estaba decorada como un antiguo local, donde fotografías antiguas de desconocidos invitaban a recrear un pasado imaginado, tal vez mejor. Algún día ella no sería más que fotos descoloridas en una caja rota. Probó la taza. Algo amargo. Miró por la ventana que daba a la esquina de la calle.
-...Her soul slides away, but don`t look back in anger I heard you say...
La canción volvía a su mente en el silencio que la rodeaba. Su voz se volvía un susurro apenas audible mientras tarareaba. Ahora que había empezado a aceptar sus errores podía redimirse, liberarse de su conciencia. Había pasado demasiado tiempo escondiendo sus miedos, en sonrisas, en conversaciones de madrugada, en abrazos y besos fríos, en sexo más frío aún, en un ayuno constante. Había borrado su sombra hasta quedarse sin luz.
Y cada noche, escondida entre las sábanas, se decía "no vuelvas, otra vez no".
Ahora sabía que no volvería jamás. 
Tras aprender a mirarse a los ojos todo fue más sencillo, avanzar.




Neverthless, there are things that cannot be chosen.