30 de octubre de 2016

Fiebre




Despierto y es otoño, y el frío es húmedo, y se me pega al cuerpo y a la ropa; y yo sólo quiero que acabe ya y volvamos a empezar. Tengo las ganas marchitándose, las venas enredadas en nudos insolubles. Leo unas páginas coartadas y se me deshacen las palabras en la boca. Ansío ver cómo estos edificios se derrumban sobre mí, que el caos cobre forma y se haga dueño de todo cuanto hay. Ya no echo de menos nada que no esté por venir. El último abrazo sangraba tanto que se llevó mis fuerzas. Todo ha quedado hecho trizas y no hay orden que devuelva sentido a este lugar. La pasión se ha vuelto nostalgia y se disfraza bajo mis ojeras. Despierto y soy rabia hecha sangre, y aún quedan todos estos libros en la estantería, y aún llueve sobre mis hombros cansados, y recuerdo cómo era saborear pequeños instantes y el silencio hecho memoria.