Los primeros rayos de luz
traen intrusos mi despertar
entre estas cálidas sábanas,
de parsimoniosa actitud.
La caricia del silencio residual
de un cálido sueño
trepa y baila inusual,
sin origen ni dueño.
Es la olvidada inocencia,
que me devuelve a la calma
de una lejana infancia
ya sólo encontrada
bajo el amparo del alba.