2 de agosto de 2013

La ventana rota

   Imaginemos que cada uno de nosotros es un mundo aparte.
El mío era pequeño, una habitación poco amueblada con una única ventana al exterior cuyos cristales sucios apenas dejaban ver más allá. Un día, al despertar, descubrí en el suelo un rastro de cristales rotos, pertenecían a esa ventana.
Así pude comprobar que el mundo exterior no era como el mío, era mucho más grande, más luminoso y pensé que podía investigarlo.
   Atravesé la ventana rota y escapé en busca de algo que ni siquiera sabía nombrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario